
LA IGLESIA POBRE
DE
CRISTO
EN EL SILENCIO DE DIOS
•A Dios se le siente desde el infinito, desde la eternidad de los tiempos, hasta el amanecer de nuestros días.
•A Dios se le puede escuchar hablar en todos los idiomas de las razas de este mundo Y, entre las estrellas distantes.
•El corazón de Dios esta aquí en la eternidad, en todo cuanto es, desde la partícula mas ínfima, a la gigantesca estrella.
•Podemos decir que el Universo en si mismo es la perfección de Dios.
•No hay lugar mas limitado para nuestro conocimiento que nuestro presente, y no me refiero al presente de hoy, sino también al presente del mañana.
•La propia vida es la llave del conocimiento, la única esencia del espíritu de Dios vivo.
•La propia vida es la llave del conocimiento, la única esencia del espíritu de Dios vivo.
•Es por eso que los seres humanos a veces podemos estar cerca o distantes de este espíritu creador. Distantes, porque la fantasía de la mente nos ciega de sabiduría, cercanos porque vemos, respiramos y sentimos la vida.
•Y es cuando podemos decir que nuestra mente se ajusta a la razón del ser, de lo que somos y de cuanto vivimos.
•De nuestras razones que despiertan hacia un nuevo renacer de lo humano.
•La imagen de Dios, esta en ti en mi, en la montaña, sobre toda la tierra que pisamos, en todos y cada uno de los seres vivos del universo, en las estrellas y mundos lejanos. lo mas grandioso de Dios es que es uno en todos y en todas las cosas.
•Los seres humanos, nos sentimos tan inteligentes y únicos en el saber, que muchas veces vemos a palos de ciego y tropezamos una y mil veces cuando vamos por el sendero que conduce hacia la verdad, porque nuestro orgullo y nuestra propia verdad nos precede. Y perdemos el infinito una y mil veces por aferrarnos a un presente lleno de cicatrices, creyendo que esto forma parte de los designios de Dios. Pero esto no es la verdad.
La verdad es amanecer, en el sendero que recorre la propia vida sin tropiezos de ningún tipo para llegar a formar parte de esta existencia en el Dios padre.
Caemos y nos levantamos y proseguimos nuestro camino hacia la verdad, pero el camino es tenebroso y lleno de sombras. Tan solo hemos dado los primeros pasos como seres humanos hacia ese horizonte infinito.
•Demos a nuestros hijos la oportunidad de enderezarse en el camino hacia la plenitud, que vivan la infancia, la madurez y la vejez, que no vivan de falsas acciones, que sean tan solo humanos de corazón en el espíritu de Dios vivo.
•Quien ve a Dios no es el ser humano, ni el padre, ni la madre ni el hijo, quien ve a Dios, es el espíritu de vida que esta en cada ser. Tan solo hay que sentirlo y experimentarlo para darnos cuenta que, la única verdad es la misma vida.